Es de “Vox populi” que las exportaciones españolas están
creciendo a buen ritmo. Según fuentes del gobierno la economía estaría cayendo
del entorno del 3% sin la pujanza del sector exterior, pero esto es de
perogullo, es como si del sector productivo eliminamos el turismo, o el sector
alimentario, que tienen mucho peso en nuestra economía.
El Comercio Internacional es de vital importancia para las
empresas españolas, y quizás, después de mucho tiempo y gobiernos de distinta índole,
consigamos que por fin, el sector industrial español tenga peso dentro de la
economía española.
Tiene gracia que el cambio del modelo productivo tenga que
ser fruto de una crisis.
Sea como fuera, las empresas españolas tienen que mirar
fuera de nuestras fronteras, para poder crecer. España y sus productos son atractivos, debido
al gran esfuerzo que se está realizando por parte de la masa trabajadora,
reduciendo salarios y perdiendo parte de los derechos adquiridos.
Si el precio es importante para triunfar fuera de nuestras
fronteras, y tener éxito en el Comercio Internacional, no menos importante es
la marca España, que gracias a las reformas emprendidas (aquí si debemos decir
que el gobierno es el responsable), hemos pasado de ser sospechosos de
insolventes, a ser punto de admiración por nuestros esfuerzos reformistas.
No podemos obviar que tenemos una masa muy importante de jóvenes altamente preparados, que a pesar de todas las críticas vertidas sobre el sistema educativo, tenemos una generación con un nivel de preparación que es envidiada fuera de nuestras fronteras, aunque aquí no sepamos ver nuestro potencial. ¿O es que nuestros ingenieros se van fuera por que están mal preparados?
Esperemos que gracias a las exportaciones nuestras empresas y nuestra economía se recuperen, y seamos capaces de recuperar gran parte del capital humano que ahora exportamos, como si de mercancía se tratara, por que para seguir creciendo en el futuro, nuestras empresas van a necesitar a todas las personas preparadas que están saliendo fuera de España.